lunes, 9 de abril de 2007

CUENTO - Giancarlo Elio Morales Pérez


ARÁCNIDOS
-2005-



“Mierda” pensó cuando vio que su mano estaba llena de sangre, mucha sangre, sobre la sábana y en parte de su cuerpo volteó y vio el agujero del cráneo, limpio sin astillas en el hueso, por donde había dejado de emanar sangre y los ojos muy abiertos que durante la noche habían perdido esa vida que te asesinaba cuando los veías directamente, sentía que alguien la observaba el hombre que siempre escucha detrás de la puerta, pero no era nadie sólo su imaginación.
Anda a dormir
Tal vez la noche te escuche roncar
Tal vez te escuche morir una y otra vez
Durante tanto tiempo esperé esto...
Siempre se le venía a la mente esa frase del poeta desconocido que le escribía poemas a cada cosa incluso al futuro; ¿eso era el futuro o el pasado?
Ella lo escuchó roncar pero no lo escuchó morir, lo vio nuevamente parecía que estaba llorando cuando murió a pesar de que él no lloraba al menos ella nunca lo vio llorar; lo conoció en un bar esa noche, él estaba sentado ella lo miró y él la miró a ella, parecía reconocerlo.
“me voy a bañar pensó” la sangre de él parecía producirle urticaria se levantó sin dejar de verlo lo reconocía pero no sabia de donde.
El tatuaje era extraño parecía una araña, - ¿es su hija señor? - le preguntó el encargado de la morgue, él no reconocía la araña su hija jamás se haría un tatuaje pero era ella, -si es mi hija-.

He cruzado la línea en realidad me han faltado algunos pasos, ¿estoy flotando? creo que sí, los carros solitarios de las doce pasan rápidos sus conductores me gritan una maldición yo sigo flotando y matándome de risa mientras una araña intenta tragarse mi labio inferior, en realidad no es una araña es la amiga de Silva el tipo que dejó que me terminara solo el cigarrillo de hierba, ella me muerde el labio, es una araña repugnante, pero no me importa porque sus patas son largas y gloriosas las muerdo mientras los otros nos miran y se ríen, yo ya no me rió floto por la piel de la araña mientras toco delicadamente un rincón húmedo entre sus dos patas ella es una mujer pero no es mi mujer y sin embargo mis manos siguen sigilosas recorriendo ese rincón que parece derretirse cada vez que mi dedo se mueve en su interior, ella, la araña se carcajea y grita lo que se supone es mi nombre, me dice que es mía yo por supuesto no le creo.
Ya nadie se ríe y la araña duerme apoyada en mi hombro antes de dormir me mordió sigilosamente los brazos y acá estoy más o menos relajado con ganas de escapar de esta noche que me ha tomado entre brazos como si fuera su hijo adoptivo, en este parque hace frío y la araña me ha quitado el gorro.

Tal vez lo vio entre los rosales del parque cercano a su casa fumando y terminándose una botellita de ron, terminaba la botella y unos quince cigarrillos y se iba cruzando el parque, lo había reconocido y le pidió a Andrés Silva que los presentará esa noche en el bar.
Hoy no he tenido ganas de despertar porque estoy aterrado, nadie sabe como llegué a mi cama pregunté a todos pero nadie dijo nada o al menos decían no saber nada, no se por qué mi madre está junto a mí, está ahí tejiéndome el gorro que la araña se ha puesto.
El parque sigue igual la araña me ha despertado, la visión de mi madre era sólo un sueño, me ha puesto al gorro y me ha empujado al asiento trasero de un taxi, todavía no ha amanecido y llegaremos pronto porque esta ciudad es pequeña pero llena de putas, yo he perdido la voluntad, la araña me pasa un trago de ron yo bebo un sorbo gigantesco como si fuera agua, de repente el ron esta en mi esófago quemándolo todo como un malón de indios de las pampas argentinas, mi estómago esta insensible luego del décimo vaso de ese extraño licor que bebí dejó de protestar y se quedó dormido.

- Hola tú no eres de por acá ¿no? - le dijo ella mientras su perrito escarbaba el suelo del parque lleno de hierba y de hormigas - ¿qué tienes ahí? - se sentó a su lado él siempre la veía, salía a las cuatro de la tarde y volvía a las siete pero él nunca estaba ahí cuando ella volvía; siempre se iba arrojando su botella vacía de ron sobre la vereda la botella se hacía añicos y muchos curiosos volteaban a verlo él se metía las manos en su bolsillo y se iba - no soy de por acá, tampoco me gustaría serlo - dijo mientras se metía disimuladamente la botella de ron en el bolsillo del pantalón, - a mí me parece un sitio tranquilo - le dijo ella sonriéndole y acariciando a su perrito blanco que siempre tenía la lengua afuera. - parece, pero sé que en este barrio mataron a una chica y nadie supo nada hasta que alguien mató al asesino en la casa de esa chica - ella le miraba los ojos parecían tener algo distinto, tétrico pero sumamente atractivo como un pájaro de mil colores que se esta comiendo a otro, era verano pero sus piernas comenzaron a enfriarse, - que yo sepa nunca paso eso en este barrio - él la miro y vio sus piernas le gustaban pero eso no le gustaba, saco su cajetilla encendió el último cigarrillo que le quedaba arrugó el paquete y lo botó lejos hacía un árbol y una ardilla espantada subió corriendo a una rama, el sol parecía mecerse entre los árboles el verano no le gustaba, - no me gusta que fumen es un vicio feo - Él la miró pensaba en decirle que se vaya a la mierda pero apagó el cigarrillo y lo deshizo con la yema de sus dedos las hebras rubias de tabaco caían y se iban volando guiadas por la brisa - ¿que te parece si vamos mañana al cine? - le dijo ella mientras bajaba a su perrito de la banca – ¿por qué conmigo? - ella lo miro, le dio un beso en la cara y se fue caminando el le vio las piernas nuevamente.

El taxi avanza rápidamente por las calles baldías aunque en algunas esquinas los perros se pelean por trozos de vísceras de colores indescifrables que están tirados junto a mucho desperdicio, un perro ladra al carro agacha todo el cuerpo esta a punto de atacar al indefenso carro el conductor acelera el perro cree que ha espantado a un enemigo.
El taxi se detiene afuera la niebla viste a la ciudad, la ciudad parece estar vestida con un manto gigantesco abajo se ven las calles que desaparecen bajo la niebla, la ciudad se alista para dormir ha trasnochado con nosotros, el reloj del carro marca las dos con algo más.

Tomaba y tomaba mucho, luego se fumó todo un cigarro de hierba y comenzó a besarla se fueron a un parque cercano todos estaban ebrios y drogados ella sólo estaba ebria, él comenzó a tocarle las piernas y luego a recorrer sus sexo con sus dedos luego se quedó dormido o al menos ella se acordaba de eso, el dormía y repetía ¡Araña! ¡Araña!.

Estaba ahí veía a su hija con ese chico, él se movía encima de ella, el chico lo vio por el espejo y le sonrió, “eres una mierda” pensó y de repente vio su espalda ¡la araña en su espalda!.
La niebla recorría la ciudad, la afantasmaba, él había ido sigilosamente a su cuarto “la araña esta ahí la araña” pensó jalo una caja entre sus cosas y muchas balas cayeron cogió unas cuantas y comenzó a introducirlas en la tambora de su revólver.

La telaraña de esta araña queda en la cima de la ciudad una ciudad vertical, una ciudad que se va a desmayar de cansancio, ella tiene la llave metida en el zapato derecho y abre sigilosamente esa casa, yo soy su presa y no puedo escaparme porque no tengo voluntad debe ser eso que inyecto en mi brazo, deben ser sus tímidos abrazos, sus enormes mordiscos.
Algunas veces he despertado y me he fugado, ahora sólo estoy con los jeans puestos fumando y meciéndome, en la mecedora, araña descansa, como yo no lo puedo hacer porque tengo pesadillas, malos viajes seguramente como me dijo esa vieja, malos viajes que me han condenado a mecerme en la silla y parecer tranquilo aunque quiera escapar por la puerta, pero no sé puede.
- Ven acá - dice la araña con voz ronca
- No puedo dormir estoy desecho, estoy pensando en algo…-
- En qué - me interrumpe la araña.
- En por qué estoy acá viéndote desnuda mientras tu veneno corre por mi cuerpo abriéndome esas heridas que no sangran, que no puedo curar - le digo mirándome al espejo.
- Luego vienes porque me cago de frío y tú abrigas rico -
La araña no dice más nada y ya no veo su sexo descubierto que se derrite con mis dedos y con los viajes, veo sus nalgas redondas antes me hubieran parecido hermosas.
Por la ventana veo que no ha amanecido, afuera unos niños se quitan la bolsa con pegamento dicen cosas extrañas cosas que no logro escuchar uno tiene la bolsa pegada a la cara la bolsa parece un tercer pulmón en su boca se infla se desinfla sus ojos se pierden, el otro le quita la bolsa y lo mismo otro pulmón y su aliento oliendo a pegamento y a entrañas, se van por una esquina caminan normales pero sé que están flotando se abrazan ya no sé pelean.

Araña de mierda, como pudiste, destrozarla dejarla pálida y fría, yo no la veía mucho pero la vi en la mañana fría, nunca más la voy abrazar ella no me recitará más poemas, ya no me abrazará.
Su revólver esta listo él no.

Siempre iban a ver películas y ella le besaba y él sentía que mataba a alguien, que se perdía aún así le acariciaba el cabello la espalda se olvidaba de la película estúpida que habían visto y la dejaba muy cerca de su casa que quedaba en la parte más alta de la ciudad, ella le besaba nuevamente y se iba lentamente por la vereda, él se ocultaba entre los rosales del parque que quedaban frente a la casa, ella le había contado que una araña le había picado en esos rosales cuando tenía diez años y algo más, ella se asustó porque le dolía dónde le había picado la araña “ me dolía tanto como cuando no te veo” le dijo ella y él le dijo que era mejor que no lo vea que las arañas sólo gustan de las arañas y él era una especie de araña.
La veía entrar a su casa y se imaginaba que pasaba adentro si ella le hablaba a sus padres de él.
Al día siguiente ella le contó que se había hecho un tatuaje en la espalda era una araña
“ahora puedo ser tu araña” le dijo él sólo la beso ella estaba feliz él no.

- Ven a la cama por favor - la araña me dice nuevamente y apago el cigarrillo a medio fumar en mi brazo no me duele parece que mi piel a abandonado el dolor o todo el dolor se ha ido a mi mente a mi alma a mis venas que están ha punto de explotar.
- Un beso amor, por favor - le doy un beso largo, ella mete su lengua dentro de mi boca y me baja el pantalón con sus pies me esta encerrando la araña me esta llenando de telaraña cuando la penetro ya no siento nada me muevo impaciente y ella me traga.
Más ron ella me abre la boca y el ron se resbala por mi cara, maldita sea araña encontró la botella, la noche se resiste a amanecer y yo le suplico a la tierra que gire más rápido mucho más rápido.

- Mírame a los ojos cuando te hablo, yo realmente estoy enamorada de ti no ella…- ella me dice algo que yo no entiendo que no sé descifrar sólo la escucho y ella coge mi cigarrillo y lo apaga sobre la pared. - no puedo escucharte porque no estás acá tú estás ahí donde te dejé, - Ella me agarra las manos yo se las quito, - y dónde me dejaste, dime cuéntame - enciendo otro cigarrillo - no me acuerdo - le digo.

Seca sus piernas el agua enrojecida se va por el desagüe.
“Mi hermana no ha llegado” le dice al espejo mientras lo limpia con su toalla - no ha llegado tampoco va llegar - es la voz de su padre el esta con su viejo revólver en la mano.

Me acaricia el cabello y yo lloro, - no he podido amarte discúlpame nunca aprendí ha hacerlo, te he dejado muy lejos de acá creo que estabas sangrando…-
Una mano se acerca sigilosamente tiene una pistola, afuera los pájaros han comenzado a cantar él ha sobrevivido a la araña y sonríe al espejo y ve la pistola encima de su cabeza sigue sonriendo y los pájaros siguen cantando ella también le sonríe y le tapa los oídos a la araña que duerme, el disparo se escucha hasta al parque hasta los rosales.

Su padre la abraza, - yo no escuché el disparo, ¿por qué? no lo escuché - le dice ella mientras golpea su pecho su padre la abraza más - no te preocupes no va a pasar nada tu no hiciste nada - ella abraza a su padre y se pregunta quien era él y sabe que su hermana nunca llegará, en una esquina una araña se desliza colgándose de un hilo casi invisible.

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